El escifo de Dionisos en asno es una copa griega de finales del s. VI a. C. o la primera mitad del s. V a. C. elaborada en la técnica denominada “de figuras negras”. Las piezas de figuras negras son escasas en la Península Ibérica, fuera de algunos puntos como las colonias griegas del golfo de Rosas (Gerona), pero en Villajoyosa tenemos varios ejemplares. Esto puede tener relación con Alonís, el nombre griego de la ciudad íbera y romana que hubo aquí, Álon o Allon. Alonís se menciona en las fuentes antiguas como “isla y ciudad de Massalia (Marsella)” y, por tanto, es posible que hubiera una presencia permanente de población griega en el lugar, justamente en la época en la que llegó nuestra copa a una tumba de la gran necrópolis de Poble Nou.
La escena que se representa en las dos caras de esta copa, a los ojos de un griego, resultaba divertida: dos ménades, o mujeres del séquito de Dionisos (el dios del vino, las juergas y el desenfreno, el Baco de los romanos) avanzan danzando y tocando los crótalos que marcan el ritmo de la marcha. Se decía que las ménades eran locas, violentas y salvajes, que incluso tomaban drogas alucinógenas, practicaban sexo desenfrenado y que no se podía razonar con ellas. En medio de ellas, vemos al propio dios, borracho, tan borracho que no puede andar por sí mismo y no tienen más remedio que subirlo a lomos de un asno. Pero incluso el asno es presa de los efectos del alcohol, que le ha provocado una evidente erección. Y enmarcándolo todo, pámpanos de vid.
La copa tenía dos usos en la antigüedad: para beber vino y, una vez muerto, para que te lo derramen sobre la tumba. Para los antiguos (como más tarde para los cristianos) el vino era una especie de sustituto de la sangre, y por eso se vertía sobre los restos de los difuntos, para ayudar a que tuvieran una vida en el más allá. Eso explica la presencia de esta copa en la tumba 10 del sector Dr. Fleming de la necrópolis de Poble Nou.
Alt.: 86 mm; diám. boca: 98 mm; diám. base: 34 mm
Nº inv. Vilamuseu 003360